Estados Unidos se reintegró este jueves en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas tres años después de que el expresidente estadounidense Donald Trump decidiera abandonarlo en 2018.
“Estoy agradecido por el apoyo de las naciones de todo el mundo para nuestra campaña, y espero que Estados Unidos sea una vez más una voz constructiva que trabaje para ayudar a impulsar al Consejo de Derechos Humanos a cumplir con su mandato y garantizar los valores que apreciamos para todas las personas”, aseveró el presidente estadounidense, Joe Biden, en una declaración publicada por la Casa Blanca.
Así, Biden ha recordado el “punto de inflexión de la historia” que afronta la sociedad actual y ha remarcado que Estados Unidos “está listo para trabajar” con sus socios y aliados para “guiar al mundo hacia un futuro más pacífico y próspero”.
“Juntos defenderemos los derechos de todos, incluidas las mujeres y las niñas, los miembros de las comunidad LGTBIQ+, los miembros de minorías étnicas y religiosas, las personas que viven con disparidades y los miembros de otros grupos minoritarios”, señaló el mandatario estadounidense.
Por otro lado, ha apuntado que promoverán “la rendición de cuentas de los gobiernos que abusan de los Derechos Humanos” y que trabajarán “incansablemente” para apoyar a los diferentes activistas y defensores de estos principios básicos.
“Defender los Derechos Humanos y demostrar que las democracias rinden homenaje a su pueblo es un desafío fundamental de nuestro tiempo. Está en el centro de la política exterior de mi Administración y va en el corazón de quiénes somos como nación y como pueblo”, expresó Biden, quien ha recordado que en diciembre celebrará la Cumbre Virtual por la Democracia, donde se buscará rubricar “el poder de la gobernabilidad democrática” como “la mejor y más poderosa herramienta” de que disponen los Gobiernos.
Mientras tanto, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha apuntado que este reingreso al organismo de la ONU estará basado en la “creencia profundamente arraigada” de que “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.
“El Consejo desempeña un papel significativo en la protección de los Derechos Humanos y las libertades fundamentales al documentar las atrocidades para que los malhechores rindan cuentas (…) Proporciona un foro donde podemos tener discusiones abiertas sobre las formas en que nosotros y nuestros socios podemos mejorar”, expresó Blinken en declaraciones difundidas por el Departamento de Estado.
Sin embargo, ha criticado que el organismo también “adolece de graves defectos”, entre los que ha incluido “la atención desproporcionada a Israel” y la pertenencia a varios estados con un historial “atroz” de Derechos Humanos. “Juntos debemos hacer frente a los intentos de subvertir los ideales sobre los que se fundó el Consejo de Derechos Humanos”, puntualizó.
Junto a Estados Unidos, otras 17 naciones entre las que se incluyen Argentina, Honduras, Paraguay, Finlandia, Eritrea, Luxemburgo, Benin, Catar, Camerún, Gambia, Somalia, Emiratos Árabes Unidos, Malasia, Montenegro, India, Lituania y Kazajistán, también han sido nombradas para ocupar los escaños disponibles en el Consejo de Derechos Humanos.