La nueva ruptura del cono principal del volcán de La Palma ocurrida ayer miércoles mantiene el flujo de lava hacia el oeste de la isla, donde además crece la preocupación ante las emisiones de dióxido de azufre (SO2) del penacho volcánico, que oscilan entre 6.000 y 9.000 toneladas diarias.
En las últimas horas han aumentado en La Palma los seísmos de magnitud superior a 3.5 en profundidades medias y profundas -más de 20 kilómetros-, lo que hace que se incrementen las posibilidades de que se produzca un seísmo de intensidad VI (levemente dañino), según señala el Departamento de Seguridad Nacional (DSN) en su informe emitido a las ocho de esta mañana, hora peninsular.
Constata además que la nueva ruptura del cono principal del volcán de Cumbre Vieja hace que se mantenga el flujo de lava hacia el oeste, alimentando las coladas ya existentes.
Por otra parte, y ante la posible nueva llegada de lava al mar, Capitanía Marítima ha establecido un perímetro de exclusión desde el sur (Puerto Naos) hasta el norte (Tazacorte) y la paralela a la costa a media milla náutica del litoral.
En lo que respecta a la calidad del aire, el DSN informa de que el proceso eruptivo ha hecho que aumenten los valores de dióxido de azufre (SO2) en la vertiente oeste de la isla, donde el volcán podría estar emitiendo hasta 9.000 toneladas diarias de este gas a la atmósfera.
A primera hora de este jueves el escenario meteorológico seguía siendo favorable para la operatividad aeroportuaria en la isla de La Palma. La isla de La Palma ha experimentado durante la pasada noche 53 nuevos terremotos, según la información del Instituto Geográfico Nacional, que detalla que el seísmo de mayor magnitud de los registrados desde la medianoche (hora local) se produjo a las 5:05 en Fuencaliente, con una magnitud de 3,6 y una intensidad estimada en III (débil).
Unas horas antes, a la 01:25, los sismógrafos detectaron en Villa de Mazo, otro movimiento de magnitud 3,5, en este caso con una intensidad mayor: IV o «ampliamente observado» (sentido dentro de los edificios por muchos y solo por muy pocos en el exterior; leve temblor o cimbreo del edificio, la habitación o de la cama; golpeteo de vajillas, cristalerías, ventanas y puertas y sin daños). Todos los movimientos detectados durante la noche (entre las 00:00 y las 6:30) se han producido en profundidades de entre 10 y 14 kilómetros.