El Gobierno estadounidense anunció este 4 de noviembre que los empleados de las empresas del sector privado que tengan más de 100 personas contratadas tendrán que estar vacunados contra el coronavirus a partir del 4 de enero de 2022. Los que no quieran vacunarse tendrán que hacerse una prueba semanal para detectar el virus y usar de forma obligatoria la mascarilla.
La medida anunciada por la Administración de Joe Biden afectará a cerca de 84 millones de trabajadores estadounidenses del sector privado. Sin embargo, unos 18 millones de trabajadores están exentos porque laboran de forma remota o al aire libre todo el tiempo.
La pauta en el sector privado se hace bajo la autoridad de emergencia de la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional de Estados Unidos (OSHA en inglés) sobre la seguridad en el lugar de trabajo.
A partir del 4 de enero, los empleados tendrán la posibilidad de vacunarse durante el horario laboral y el empleador no puede prohibir hacerlo durante este periodo. Además, las pruebas serán gratuitas y se permiten exenciones médicas o religiosas.
Viendo el aumento de contagios por Covid-19 en Europa y la llegada inminente del invierno, Estados Unidos pretende con esto aumentar las tasas de vacunación ante la amenaza latente de un pico de casos positivos.
El fin es que muchas personas logren volver a sus puestos de trabajo, sin embargo, las empresas minoristas, de logística, trabajadores de la construcción, entre otros, le pidieron al presidente Biden que retrasara el plazo de la vacunación para después de Año Nuevo, citando preocupaciones sobre la escasez de mano de obra.
“Es importante entender que todavía hay muchos trabajadores que no están protegidos y corren el riesgo de enfermarse gravemente o morir a causa del Covid-19”, dijo un alto funcionario de la Administración Biden, citado por la agencia Reuters.
Tras el anuncio de la nueva medida, la Casa Blanca aseguró también que, de no cumplirse, las empresas tendrán que pagar multas de hasta 14.000 dólares. El control se hará a partir de inspecciones laborales a ciertas compañías, aunque no informaron si los trabajadores serían despedidos si se niegan a recibir la vacuna o la prueba.
“Desde 2020, el coronavirus ha provocado la muerte de 750.000 personas en Estados Unidos y la infección de millones más, lo que la convierte en la pandemia más mortal en la historia de la nación. Muchas de las personas muertas e infectadas por este virus eran trabajadores cuya exposición principal ocurrió en sus trabajos. OSHA estima que esta regla salvará miles de vidas y evitará más de 250.000 hospitalizaciones debido a la exposición al Covid-19 en el lugar de trabajo”, explicó la OSHA en un comunicado en su página web.
El 4 de enero de 2022 también entrará en vigor otra medida para los trabajadores de los centros médicos que participan en los programas públicos Medicare o Medicaid. A partir de esa fecha, todos tendrán que estar vacunados contra el coronavirus, cubriendo así a 17 millones de empleados en 76.000 instalaciones de atención médica.
La vacunación obligatoria ya aplica desde hace unas semanas para los contratistas del Gobierno federal y los trabajadores estatales, con lo que se cubre a la mayoría de la fuerza laboral del país.
Hasta la fecha, Estados Unidos ha vacunado con la pauta completa a cerca del 70 por ciento de su población adulta. Sin embargo, alrededor de 1.100 estadounidenses todavía mueren diariamente a causa del virus, la gran mayoría de ellos sin vacunar.